• La primera Clase: fue el día 14 de septiembre y el tema a tratar era “Diagramas”. Para la primera clase tenía preparado una lámina integradora que iba a estar presente en todas las clases con el fin de que los alumnos siempre visualicen la ubicación del tema particular a la vez que lo vayan viendo en su conjunto como parte de una unidad. Luego fue una breve explicación de los distintos tipos de diagramas, de la cual percibí que todos me escucharon atentamente y comprendieron el tema. Consiguientemente les propuse una actividad grupal que consistía en leer un texto (cada grupo tenía uno diferente), y luego de ello, les presentaba una lámina con el diagrama que representaba dicho texto (cuatro tipo de diagramas), con una guía de preguntas que buscaban la interpretación del mismo. el hecho de estar planteado así, tenía la intención de que ellos mismos pudiesen visualizar como un texto explicativo puede ser representado por un tipo especial de diagrama. El grupo me sorprendió considerablemente, su respuesta a todas mis propuestas fueron recibidas con atención y disposición. En esta clase, me descolocaron sobre la concepción que yo tenia sobre ellos. Yo que pensaba que no trabajaban demasiado, trabajaron muy bien y con agilidad. Tal vez, pensaba, no están acostumbrados porque no se los propone nadie, pero vi entusiasmo en la tarea, esfuerzo y una muy buena interpretación.
• La Segunda Clase estaba destinada a la interpretación de los cuadros comparativos. para dicha clase decidí no comenzar con la teoría, sino con la elaboración de un cuadro comparativo en el pizarrón a través del aporte de los mismos alumnos. Los objetos que propuse comparar fueron Facebook y Celular, dos medios de comunicación muy usados y conocidos por el grupo de alumnos al que iba dirigida mi práctica. La intención es que ellos pudieran comparar sus características y después analizarlo a través de sus diferencias y semejanzas. Para dicha actividad, tenia interiormente miedo a dos cuestiones: una a no poder despegarme de las categorías que ya había imaginado y previsto que iban a salir y la otra cuestión era el plantear una actividad que quedaba librada a la espontaneidad del momento, lo cual me provocaba mucha incertidumbre, y era todo un desafío tener que ir como conceptualizando las ideas que surgieran en el momento. Finalmente la llevé a la práctica a la actividad, y me sorprendió las nuevas categorías que habían surgido, las cuales ni se me ocurrieron anteriormente. Luego de la actividad, y en base a ella, expliqué en que consiste este tipo de cuadros, dicha explicación fue sencilla y como una consecuencia lógica de lo que acabamos de hacer.
Como la tarea que planteaba era individual (para que no sea siempre grupal), tenía miedo de que fuese aburrida. Yo no estaba muy convencida de mi clase, y creo que se notó. Percibí que el entusiasmo primero de los alumnos había menguado, o yo no pude levantarlo a causa de mi falta de convencimiento. Pero igualmente los alumnos trabajaron con mucha disposición.
• La Tercera Clase tuvo como tema los distintos tipos de esquemas: Esquema Gráfico de Llaves y el Esquema Numérico. La clase consistió en una breve explicación con una consecutiva actividad grupal. Cada grupo hacia una tarea diferente para luego socializarla. Lo particular de esta clase fue que nadie fue a observarme, e incluso la profesora me dejo a cargo por un momento, esto hizo que pudiese desplegar mi personalidad, me sentí desinhibida y me “solté”. De esta clase aprendí que las buenas clases son siempre imperfectas, en el sentido de que siempre habrá algo que mejorar o cambiar y que un docente debe ser un buen dicente no porque lo estén observando sino porque sus alumnos esperan de uno, porque la atención que prestan, las actividades que hacen y su disposición es una demanda de que quieren aprender.
• La Cuarta Clase tenía la finalidad de poder interpretar lo que es una tabla de doble entrada. Para la misma había pensado hacer un juego: la batalla naval.
La clase comenzó con el mismo, dividí el curso en dos grandes equipos, y para que todos pudiesen participar, los subdividí en grupos de tres, los cuales se encargaban de una jugada y se tenían que ir rotando dentro del grupo. Fue así que planteé la metodología para que sea posible con la cantidad de alumnos. Todos ubicados les expliqué las reglas, muchos ya lo conocían lo que facilitó su rápida comprensión y otros con un poco mas de esfuerzo, lo intentaron. Una vez que comenzó, todos captaron la lógica del juego y se prendieron a jugar.
Como el juego era tan solo un medio, tuve que decidir cortarlo cuando este se encontraba en la mitad, en pos de la clase. Quise retomar el juego como base, insumo y ejemplo para la consecutiva explicación de las tablas de doble entrada. Traté de lograr que se desprendieran ahora del juego para llegar a una explicación más general y abstracta.
Luego, propuse una actividad.
Los obstáculos que temía encontrarme ante el juego eran los siguientes:
Que los alumnos queden “pegados” a él y no avanzar a lo que era la finalidad de la clase que era la comprensión de tal tema.
Que no todos se entusiasmen al jugar y queden dando vueltas sin poder atenderlos a todos.
Que en caso de que se entusiasmen jugando, no poder cortar con el juego en el caso de que el mismo no haya terminado, o que una vez terminado, queden demasiado dispersos para continuar.
Con respecto al primero, creo que se pudo lograr, en términos generales, porque solo uno solo se refirió al ejemplo cuando respondieron a lo que es una tabla de doble entrada. Lo que más me costó fue integrar a todos los alumnos, hubo un grupito que se apartó solo debido al liderazgo que asumieron sus compañeros en el juego. Lo intenté pero no pude. Y con respecto al tercer obstáculo, no hubo problema, al contrario, sirvió como facilitador y motivación para lo que aconteció a continuación en la clase.
La mayoría de los alumnos ya había terminado, cuando faltaban cinco minutos para el timbre del recreo, entonces aproveche para leerles un cuento, con el solo fin de leer por el gusto a la lectura sin ninguna actividad posterior.
• La Quinta Clase, tenía la finalidad de poder interpretar diferentes tipos de gráficos de línea, de barra y circular. En la segunda clase, les di como tarea una encuesta para que ellos realicen a compañeros de 1°, 2° y 3° año. Los resultados de la misma los utilicé para representarlos en los diferentes tipos de gráficos.
Los alumnos se mostraron interesados en conocer los resultados de sus mismas encuestas. Igualmente, costó motivarlos, se veían con sueño, candados, pero siempre noté su esfuerzo por prestar atención. Es un grupo muy lindo y esto era el facilitador más importante.
La actividad posterior consistía en buscar en diarios y revistas los distintos tipos de gráficos que habíamos visto. Lo buscaban en grupos, pero la tarea era individual. Esta vez la actividad la dividí en más ítems, debido a que quería mejorar la manera de evaluar que venía trayendo. Por el hecho de que las consignas anteriores eran amplias y me parecían incompletas, los alumnos eran sintéticos para responder, entonces para que respondieran lo que pretendía, debía preguntarlo con más precisión. La evaluación así no se convertía en bien/mal, completo o incompleto, sino que planteaba la posibilidad de mas matices.
Esto tuvo su lado positivo, pero por otro lado, demando más tiempo y no se pudo terminar la actividad en la misma clase. Pero la buena disposición de la profesora co-formadora entendió mi planteo y me concedió otra clase.
• La Sexta y última clase: el 26 de octubre. todo comenzó tranquilo, continuamos con la actividad anterior, que para mejor organización, se había planteado que todos lleguen hasta el mismo punto de buscar, clasificar y pegar los gráficos; ahora tenían que responder a unas preguntas de interpretación de cada uno.
Una vez terminado, me lo entregaron, e hicimos el cierre de la unidad. Retomé la lámina integradora, y la terminamos de completar. Fue sintético el cierre, pero lo suficiente para recuperara los temas vistos, lograr verlos en su conjunto, de manera global, y ubicados en la unidad correspondiente. En el cierre, me sorprendieron, a la vez que me alegró, algunos de los comentarios que hicieron como “Profe, no me había dado cuenta que vimos tantas cosas”, “cuantas cosas aprendimos”…
Luego del cierre, les pedí que ellos evaluaran mis prácticas; les expliqué que me interesaba mucho lo que ellos pensaban, y que la consideraba la más importante porque nadie mas que ellos me habían podido conocer como profesora, solo ellos experimentaron y llevaron a cabo las actividades que propuse, a ellos iba dirigida mis explicaciones y transposiciones didácticas. Porque todo lo que hice, lo hice pensando en ellos y para ellos, por lo tanto les pedí mucha sinceridad y me animé a preguntarles tanto lo positivo como lo negativo.
Luego de esta evaluación les agradecí profundamente y les manifesté mi contento con el grupo. Fue una despedida alegre y triste a la vez. Triste porque ya era el fin de esta etapa, pero alegre porque así como yo les manifesté mis sentimientos hacia ellos, ellos también lo hicieron hacia mí. Pero lo mejor de todo fue cuando ellos también tenían algo que entregarme, una hoja con un “gracias” grande, y firmado por ellos mismos y la profesora, con un mensaje de despedida y agradecimiento.
Vanina
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